Cómo publicar nuestro libro sin morir en el intento, o NO publicarlo.

Contenido

Introducción
Dejar el libro metido en un cajón de casa
Subirlo a una web de internet de la que no somos propietarios
Subirla a las redes sociales
Intentar publicarla en revistas
Crear una web para nuestros relatos
Presentarlo a concursos
Autopublicar
Copublicar
Publicar en Amazon
Publicar
Conclusiones

Introducción

Hemos terminado el libro, ¿y ahora qué? ¿deseamos que sólo lo lean las personas que están a nuestro alrededor? ¿queremos que se distribuya por toda la ciudad?, que digo por toda la ciudad, ¿por todo el país, por todo el planeta, por el universo entero? Lo tenemos ahí, delante de nuestros ojos, lo hemos corregido mil veces, y vuelto a corregir, y, justo ahora, ha llegado el momento de decidir qué hacemos con nuestra maravilla.

Existen varias posibilidades para publicar o no. Todas correctas. No hay unas buenas, ni regulares, ni malas, sino que depende de la situación y el ánimo de cada escritor. En esta entrada analizamos las diferentes opciones que conocemos en el Club de escritura Titubeos de Ajolote. Seguro que hay más. Espero que os ayude en la decisión de qué carajo hacer con nuestra criatura.

publicar imprenta
Imprenta

Primera opción: Dejar el libro metido en un cajón de casa.

Es la primera de las opciones a valorar. Hemos disfrutado escribiendo, ya sea un libro de relatos o una novela. Nuestro personaje ya forma parte de nuestra vida. Hemos evolucionado con él, hemos sufrido con él, hemos superado (o no) las adversidades. Nunca nos olvidaremos, ni el escritor al protagonista de su novela, ni el protagonista a su creador. Ahora estamos cansados. Escribir el libro nos ha hecho sudar la gota gorda. Así que decidimos que está bien, que tal vez en un futuro podamos hacer algo con nuestra obra, o que nuestra madre, al igual que la madre de John Kennedy Toole con «La conjura de los necios» se presente en la puerta de las editoriales insistiendo para que nos la publiquen una vez nosotros ya estemos criando malvas.

El caso es que dentro del cajón el protagonista no se va a quedar. Seguirá sus aventuras, libremente, sin ya los hilos del escritor que lo maneje. Un personaje, de una buena obra, nunca muere. Tal vez llame a la puerta del escritor en un futuro para continuar con nuevas y extraordinarias andanzas. Pero puede que nuestro personaje también esté cansado y quiera descansar, o que haya llegado al final y desee pasar el resto de sus días metido en el cajón, con sus temores.

La alternativa de meter el libro en un cajón de casa es una opción para valorar. No la subestiméis.

Subirlo a una web de internet de la que no somos propietarios

Si nos decidimos por esta opción, es posible que perdamos la propiedad del relato. Deberíamos leernos, con atención, las condiciones a la hora de tomar esta alternativa. Yo optaría por no subir nuestro libro entero, sino empezar compartiendo un relato, para ver la reacción de los lectores. En algunas de las webs se pueden puntuar las historias. Esto nos puede dar una pista de si gusta o no gusta. La puntuación que nos den hay que tenerla en cuenta hasta cierto punto, ya que es bastante subjetiva. Sabemos la puntuación que nos han dado, pero no sabemos quién, ni su idiosincrasia. Una ventaja de compartir nuestros relatos al público a través de Internet es que siempre puede aparecer algún editor que, de casualidad, encuentre lo que tanto desea publicar.

Subirla a las redes sociales

Hoy en día, quien más y quién menos, se mueve por las redes sociales. Una buena forma de compartir un relato consiste en subirlo a las redes, esperar los ansiados likes y que lo compartan. Así te puedes dar a conocer. A la suerte hay que llamarla y desde cuantos más sitios la reclames, más posibilidades tienes de que te abra la puerta. Facebook, Twitter, Instagram están repletas de lectores ávidos por leer un buen relato. Y si tienes la suerte de que una historia tuya les atrape, hay muchas posibilidades de que vuelvan a por más.

Intentar publicarla en revistas

La verdad que en el tema de publicar en revistas no tengo casi experiencia. Diría, a priori, que es una buena opción. En mi caso, me permitieron publicar un par de relatos en un periódico de poca tirada, en la sección de opiniones. Pero más allá de la ilusión personal, no añadió valor a la hora de «enfrentarme» con el mundo editorial. Existen revistas literarias con gran prestigio, en las que los relatos publicados son de una especial calidad.

Repito, porque creo que importante que no se nos olvide, que a cuantas más puertas llamemos más posibilidades tenemos de que nos abran una, por pequeña que sea. Y una vez metida la punta del zapato, poco a poco, deslizaremos nuestro cuerpo, junto con las historias, al interior de los mundos literarios.

Crear una web para nuestros relatos

Otra posibilidad para esparcir nuestras historias por el universo consiste en crear nuestra propia web o blog. En ella, subiremos nuestros relatos. Pero, por desgracia, si no dedicamos tiempo (o dinero) a promocionarla, esta opción sería similar a la guardar nuestros relatos en un cajón, pero digitalmente.

Presentarlo a concursos

Existen decenas de concursos en Internet a los que nos podemos presentar. Presentarse a un concurso tiene sus ventajas y sus desventajas.


Los pros de mandar nuestras historias a estos concursos son los siguientes:

  • Podemos ganar un premio (generalmente dinero y/o publicación).
  • Aunque no ganemos un premio, alguien (con mano en el mundo de la literatura) se puede encontrar con nuestro relato, gustarle y ponerse en contacto con nosotros.

Y ahora lo negativo, los contras de mandar nuestra historia a un concurso:

  • Es necesario cumplir con los requisitos de cada concurso. Normalmente tratan un tema, obligan a una extensión mínima y/o máxima. Plazos de tiempo y demás requerimientos.
  • Atención: Nos escriben para decirnos que hemos sido seleccionados para la edición de un libro de recopilatorio. Se debe tener cuidado con las semi editoriales que realizan concursos con el fin de publicar cientos de ellos en un libro recopilatorio. Su principal fin es vender a los creadores de esos cientos de relatos su propio libro. No estoy diciendo que esta opción no sea adecuada, cada uno hace con sus creaciones lo que le parece, pero prestar atención si intentan jugar con vuestro ego.

Autopublicar

La verdad que, autopublicar tu propio libro tiene muy mala prensa. Se asocia a libros de poca calidad. Pensamos que los que se decantan por esta opción son autores que no han conseguido publicar en una editorial al uso, y sólo les queda la autopublicación para divulgar su obra.
Pero no todo es negativo en la autopublicación. En muchos casos la autopublicación y la publicación tienen muchas similitudes. Si la editorial no distribuye, es importantísimo, no lo promociona, entonces, la autopublicación y la publicación casi están la misma línea.

Si lo que deseas es que tu libro se imprima, y regalarlo (o venderlo) a las personas de tu círculo de amistades y familiares, la autopublicación es la mejor opción. No hay que sentirse derrotados por tener que autopublicar. Grandes autores autopublicaron algunos de sus libros, hasta que una editorial se fijó en ellos.

Copublicar

Aquí es donde tengo más experiencia porque he copublicado un libro de relatos. La copublicación consiste en compartir gastos a la hora de publicar. Tú pagas parte, y la otra parte restante la paga la editorial.

Nos es una publicación, estrictamente hablando, por lo que tampoco vas a tener buena fama en el mundo literario.

Esta alternativa tiene sus ventajas y inconvenientes, como todo en esta vida.

Las editorial que coeditan no publican, o no deberían si no quieren perder el prestigio de su sello, cualquier cosa. Se necesita cierta calidad, que depende del estómago de cada editorial y de su ética.

Si decidimos copublicar, primero tendremos que valorar a la editorial. Buscaremos información y opiniones por internet. Si tenemos la oportunidad, debemos hojear algunos de los libros que ha copublicado de antemano. ver su calidad, que no existen errores gramaticales, que esté corregido y formateado como debe ser, bien maquetado, y que sobre todo que merezca la pena leer lo que hay escrito. Además, si fuera posible, contactaremos con alguien que haya copublicado ya con esa editorial, para que nos comente las condiciones que debemos firmar en el caso de que decidamos copublicar con ellos.

Libros de escritura creativa en Amazon

Yo, en particular, tuve que sufragar el pago de los 50 primeros libros (15 euros cada uno) que tuve que vender o regalar a mis amigos y familiares. La editorial, a cambio, realizo la maqueta del libro, me ayudó en la presentación y lo distribuyó en los catálogos online (no físicamente en las tiendas), de los grandes, como Amazon, Casa del Libro, El Corte Inglés, y decenas librerías online.

¿Qué eché de menos en la copublicación? La promoción. Pocos (a no ser amigos y familiares) buscaran tu libro en los diferentes catálogos. Por lo tanto, aunque haya perfecta creación de tu libro, una maravillosa distribución (online) en los catálogos más importantes, mientras no hay una promoción activa, el libro no se venderá. Bueno, solamente los 50 primeros, los que debes comprar tú.

De las regalías, o dinero que te llevas por cada libro, mejor no hablar. Copublicaciones e incluso publicaciones te darán entre un 5% y 15% de media por venta. Pero ya por todos es sabido que los escritores, a no ser los 3 o 4 elegidos, no podremos vivir de la profesión.
Como conclusión, la copublicación no es ni buena ni mala opción. Yo lo hice, y no me arrepiento de haberlo hecho.

Si te interesa la copublicación puedes echar un vistazo a esta editorial del Grupo Planeta para la coedición: Universo de Letras.

Publicar en Amazon

He querido hacer un apartado para comentar la opción de publicar en Amazon, sin editorial por medio, por nuestra propia cuenta. Sobre esto, voy a hacer una reflexión. En muchas de las editoriales, cuando valoran nuestro manuscrito, nos preguntan por nuestras redes sociales, cuántos amigos tenemos en Facebook o en Instagram. Así, calculan el alcance de las ventas. Tantos amigos, tantas ventas, ignorando el valor del manuscrito que ese momento le has puesto en sus manos. Mi reflexión es la siguiente: si yo tuviera miles de seguidores en las redes sociales, ¿para que necesito una editorial? La editorial me va a pagar uno o dos euros por libro y va a utilizar mis redes sociales. ¿Por qué no las uso yo para venderlo por Amazon y gano el triple por ello? Todo esto me recuerda cuando vas al banco a pedir dinero y te preguntan cuánto dinero tienes para avalar el préstamo.

Publicar

Y por fin, publicar. Lo anhelado por casi todos los escritores. Mandar unos capítulos de nuestro manuscrito, esperar semanas o incluso meses, la respuesta, y al fin en una de los cientos de editoriales a las que se lo hemos enviado nos conteste afirmativamente. Eso sería perfecto.

Pero la realidad no es así, ojalá fuera así, tan sencillo. Para un escritor novel publicar su obra de esta manera es muy, pero que muy difícil. Muchas de las editoriales tienen tantos manuscritos que ya no aceptan más. En estos tiempos casi hay más gente que escribe que lectores. Yo no digo que no hay que intentarlo, siempre puede sonar la flauta, sólo que es muy complicado y no os hagáis muchas ilusiones.

Ahora, vamos a ponernos en el mejor de los caos, imaginemos que una editorial os ha contactado y respondido afirmativamente a la publicación de vuestra novela. No es la panacea. Debemos, al igual que en el caso de la copublicación, estudiar la editorial, ver otras obras que hayan publicado. Analizar, si puede ser con alguien con experiencia, el contrato. Hemos de asegurarnos que exista una buena distribución y promoción, exclusividad, etc. No hay que dejarse llevar por la alegría de haber conseguido publicar.

Conclusiones

Como conclusión: elige lo que me adapte a ti en este momento, y cambia de elección si tus circunstancias o tus objetivos cambian. Lo mejor sería que todos pudiéramos publicar nuestras novelas y que miles, que digo miles, cientos de miles las leyeran. Pero la realidad es otra. No se lee tanto y se publica muchísimo. Tal vez, en esta etapa de egocentrismo, haya más gente que piense (me incluyo yo) que tiene que decir algo a la sociedad importante para su cambio. O tal vez, los escritores seamos tan pesimistas que veamos una sociedad que necesita, más que nunca, los valores de las moralejas de las historias. Sea como fuere, mucha suerte.

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