Las novelas policiacas de A. A. Fair

Biografía de A. A. Fair

Gardner, su seudónimo fue A. A. Fair, era abogado, aunque no era muy entusiasta con sus rutinas de trabajo. La única parte de la que disfrutaba fue el desarrollo de estrategias durante los juicios penales. Durante su tiempo libre, escribió para varias revistas con sus propios personajes tales como Lester Leith y Ken Corning, quien sería el modelo para su personaje más famoso, Perry Mason. Lo que le hizo destacar fue el hecho de que el héroe de sus novelas era un abogado penal en lugar de un policía o detective.

A. A. Fair

Gardner colaboró en un proyecto llamado “La Corte del último Recurso”, lo que implicó muchas horas de trabajo junto a los expertos del campo forense y criminalístico. Esta investigación intentaba buscar errores en el sistema judicial que daban lugar a que personas inocentes fueran condenados debido al mal desempeño de abogados defensores, problemas de pruebas y dictámenes médicos en medicina forense.

El famoso abogado ficticio, Perry Mason, saltó a la fama a comienzos de la década de 1930 y siguió en la cima durante décadas gracias al actor Raymond Burr quien encarnaba el personaje en las series de televisión. Para cerrar el ciclo del éxito, Gardner, apareció en uno de los últimos episodios interpretando al juez. Siendo esto un éxito, a finales de los 80 se desarrollaron una serie de películas para televisión con miembros reconocidos del elenco original, siendo Burr el nombre destacado.

Utilizando un seudónimo, Erle Stanley Gardner escribió novelas protagonizadas por Bertha Cool y Donald Lam además de lanzar otra serie de libros sobre el fiscal Doug Selby y su rival Alphonse Baker Carr. Esta última obra ofreció un enfoque diferente a los de la saga de Perry Mason ya que aquí los papeles entre el investigador invencible y su enfrentado se intercambiaron entre el abogado y el defensor.

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Libros publicados por A. A. Fair

A quién le toque

Bertha Cool estaba muy alterada con el retraso de Donald Lam. Homer Breckinridge, quién olía a dinero desde lejos, había estado esperando por veinte minutos sin que nadie apareciera. Pero justo cuando el señor Breckinridge estaba a punto de irse, Lam llegó y en un abrir y cerrar de ojos fue contratado para realizar un trabajo relacionado con una demanda de seguros.

Bertha se mostró satisfecha con el trabajo que desempeñaba, afirmando que era encantador, seguro y profesional; además de bastante sencillo.

Donald pronto descubrió que aquel trabajo no era tan sencillo como pensaba al principio, y él sería el primero en sufrir las consecuencias.

Agencia de detectives

Cuando Donald Lam vio el anuncio en el periódico y acudió a las oficinas de la señora Berta Cool solicitando un puesto de trabajo, no sabía realmente lo que se le pediría. No obstante, decidió aceptar el empleo que le ofrecieron como agente de la Agencia de Detectives Cool. Desafortunadamente descubrió que su primera tarea no sería fácil. Esta inesperada situación le llevó a gastar muchos recursos para descubrir la verdad detrás del caso. Sin embargo, Donald Lam estaba preparado para cualquier eventualidad gracias a haber estudiado derecho, conociendo exactamente cómo actuar correctamente para obtener los resultados deseados.

Algunas mujeres no esperan

Bertha Cool buscó a Donald Lam para que descubriera si Mira Woodford era responsable de la muerte de su marido, un viejo empresario. La bella joven parecía haber obtenido la recompensa por sus encantos juveniles al haberse casado con él y ahora, habiendo quedado viuda, estaba atrayendo al detective con su belleza. El pasado de Mira era desagradable; ella acumulaba bienes materiales y no dudaba en usar el chantaje para satisfacer sus intenciones pecaminosas. Así es como se llegó a un asesinato.

Asesinato imperfecto

Existen varias opciones respecto a la situación de su cónyuge. Ante la posibilidad de que él esté muerto, puede cobrar un seguro por el doble de los $75 000 que fue acordado originalmente. Por otro lado, en caso de que este aún estuviera vivo, entonces ella desea el divorcio y recibir una pensión alimenticia.

Bertha, la tetera y el gato

Bertha fue introducida en una trama criminal al ayudar a un hombre a negociar una deuda. Este se vio envuelto en el escenario de la Segunda Guerra Mundial mientras Lam luchaba con la armada en el Pacífico, de donde se relataban noticias sobre sus increíbles hazañas. Todo ello dio comienzo a una búsqueda para encontrar al asesino detrás de los sucesos inicialmente relacionados con la relación sentimental del hombre.

Carnada seductora

«Me siento muy mal por la broma que hice, especialmente hacia ti Donald. Intenté encubrir mis verdaderos sentimientos hacia los hombres y tú, simplemente me gustas».

Bertha Cool emitía un suspiro mientras se levantaba de su asiento para acercarse a Pauline quien estaba en el centro de la habitación. Entonces, ella la miró desde arriba.

En quince minutos, la policía llegará para escuchar su historia, así que Bertha decidió exigirle que deje de intentar manipularlo con sus encantos. Comprendiendo que su actitud había sido descubierta, tuvo que enfrentarse a la cordura y comenzar a hablar.

Contar hasta nueve

Donald y Bertha, dos personajes famosos de la ficción, están embarcados en una aventura llena de suspense. Esta vez, el personaje de Donald es más pequeño mientras que la representación de Bertha es mucho mayor.

Doble o sencillo

Durante la búsqueda de los objetos valiosos que habían sido sustraídos del cuarto acorazado de un famoso médico, Donald Lam y Bertha Cool encontraron una muerte enigmática, mentiras profundas, una disputa por seguridad parental y chantaje. Además, todo esto estaba relacionado con las reclamaciones de la compañía de seguros debido a su cláusula de indemnización doble.

Donald Lam detective

Bertha Cool, dueña de una agencia privada de investigación, trabaja junto a Donald Lam, un ex abogado convertido en investigador. Su cliente buscaba a una mujer que había desaparecido hace muchos años. El cliente tiene intenciones políticas -quiere ser alcalde de la ciudad- y hay preocupaciones de que pueda ver implicado por la mujer desaparecida. La situación se complica cuando otro investigador es asesinado. Lam se ve obligado a descubrir la verdad acerca de la mujer desaparecida sin involucrar el nombre del candidato en toda esta situación

El ciego y el murciélago

El deseo del ciego era el de ligar con alguna dama joven y atractiva. Por eso, pidió a Berta Cool que le ayudara a hallar tal candidata, la cual nunca había visto pero suponía que estaba ahí fuera esperando ser encontrada. Él haría todo lo necesario para conquistarla y estaba dispuesto a pagar lo que fuera.

En un principio, la intención de Berta era no aceptar por desconfiar del extraño hombre. Sin embargo, su oferta económica era tan tentadora que decidió romper su regla y asumir el riesgo.

El profesor de gimnasia

Donald Lam no es una persona alta, lo que sí se le reconoce es su gran inteligencia y valentía. Estas dos últimas cualidades son tan grandes que hasta a un león le daría envidia.

Las personas discapacitadas que buscan desempeñarse como investigador privado corren muchos riesgos durante la realización de su trabajo. Ser un excelente seguidor de pistas puede ser una gran habilidad, aunque cualquier situación complicada es perjudicial para una persona con alguna discapacidad. Sin duda, una verdadera tragedia.

Bertha Cool tuvo una idea: Donald debería dar clases de lucha japonesa. Sin embargo, fue en ese mismo gimnasio donde se encontró con un cliente que le dio muchas problemas, por lo que Donald tuvo que dejar las clases. Optó por practicar lucha libre. Tendría que chantajear a todo tipo de aristócratas a diario. Lam estaba metido en problemas cuando el hombre fue asesinado cerca de él y bajo extrañas circunstancias.

Hay que cerrar las ventanas

El caso que Donald Lam tuvo que resolver se le presentó de manera inesperada. Al principio, el objetivo era encontrar a un ladrón que había estado persiguiendo a una mujer rica. Sin embargo, la investigación lo llevó al interior de un hotel muy poco agradable donde se encontraba una mujer romántica.

Bertha Cool encontró a su socio en una situación muy difícil; se le había encontrado con los cadáveres de dos víctimas y la policía lo considera el principal responsable. Ahora tendrá que usar su ingenio para intentar salir indemne de esta situación y evitar que alguien más inevitablemente involucre a la pareja. El desafío ir por delante de la ley, además de tratar de detectar al verdadero asesino que quiere anular sus esfuerzos.

La coqueteria de Bertha Cool

Tras tener que pasar unos días en el hospital para curarse de neumonía, Bertha Cool ha recibido el alta y al poco de esto se une a Donald Lam en la búsqueda de una novia que se ha perdido.

Tuvieron que hacer frente a varios crímenes y problemas económicos antes de poder concluir sus metas.

La puerta verde

Donald Lam era conocido por todos como un detective arriesgado e impredecible, que jamás llevaba consigo alguna arma para defenderse y parecía no tener mucha suerte en las peleas callejeras. Bertha Cool fue quien lo contrató para trabajar en su empresa de detectives privados.

Las lechuzas lo ven todo

Una joven de Nueva York se ha perdido en el desordenado Barrio Francés de Nueva Orleans. El viaje desde Nueva York hasta Los Ángeles y luego hasta la ciudad sureña es largo; sin embargo, un abogado ha decidido embarcarse lo más pronto posible para encontrar a la muchacha perdida.

Los cuervos no saben contar

Cuando un cliente misterioso va a ver a los detectives de la agencia Cool y Lam para que investiguen por qué alguien ha vendido una joya con esmeraldas, Donald Lam comienza sus pesquisas buscando el fideicomisario de la herencia. Desgraciadamente encuentra al co-fideicomisario muerto junto a su cuervo amaestrado. Sospechando del hombre que lo contrató, Lam decide seguir adelante con las indagaciones por su propia cuenta, lo que le llevará en dirección a su compañera Bertha Cool con quien tendrá que lidiar.

Los tontos mueren en viernes

Una joven, llamada Ballwin, acudió a la Agencia Cool y Lam pidiendo ayuda para evitar un crimen inminente. Su tío Gerald podría estar en peligro de ser envenenado por su esposa Dafne. Donald Lam comenzó el caso con una táctica equivocada, creyendo que podría salvar a Gerald. Sin embargo, esto se convirtió en algo mucho peor para él cuando empezaron a sospechar que había intentado matar a la esposa de Gerald en lugar de protegerla.

Los tramposos no pueden cambiar sus fichas

Bertha Cool siempre mira el lado monetario de las cosas y cuando Lamont Hawley de una empresa de seguros aparece con una demanda relacionada a un accidente automovilístico, Donald Lam comienza a investigar. Lo que complica, aún más, la situación es que la autora de la demanda es una joven rubia que había sido cooperativa y ecuánime. Esto despiertan los recelos en Donald quien, sin pensarlo dos veces se vuelve el primer sospechoso cuando descubren el cuerpo en el maletero del coche.

Se puede morir riendo

Donald Lam era un investigador famoso por no portar ningún tipo de armas y la baja cantidad de victorias logradas en las situaciones conflictivas en las que se encontraba; trabajó para Bertha Cool, aquella mujer que decía ser dueña de una agencia de detectives.

Un accidente que trae cola

De nuevo, Lam se ha involucrado en una situación tensa con una hermosa joven. Está luchando contra los malvados y su jefe.

Un desliz sin importancia

A pesar de esto, el detective trabajaba para Bertha Cool y usualmente era ella quien le encomendaba misiones como descubrir a un marido infiel y ganar dinero. Este caso típico fue el punto de partida de la historia.

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