El lienzo y el pincel

Teresa Camacho

El lienzo y el pincel

Era evidente la química entre el pincel de cerdas suaves pintado de azul cielo con el lienzo en blanco. Durante un tiempo, se rozaron y tocaron el uno con el otro, sin ningún tipo de pudor. Él, pintándole el cielo, ella, recibiendo la humedad del óleo azul. El tiempo no existía. Solo el silencio de la sensualidad del exquisito pincel acariciando la inmutable tela virginal.
Todo estuvo perfecto mientras los colores llenaban el cuadro. La tragedia ocurrió cuando el pincel impuso la rúbrica del autor y se fue sin despedirse. Y ella pasó al olvido, colgada en una pared solitaria.

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