La suerte de los idiotas de Roberto Martínez Guzmán

Este libro titulado «La suerte de los idiotas» es una novela negra escrita por Roberto Martínez Guzmán en 2019.

Roberto Martínez Guzmán - Resumen La suerte de los idiotas

La novela combina los géneros de intriga policial y thriller psicológico, planteando un misterio criminal que saca a la luz las sombras del pasado de Lucas y de la pequeña localidad gallega donde se desarrollan los hechos. Hay una crítica implícita a las mafias y la corrupción en el entorno rural.

Biografía

Roberto Martínez Guzmán, autor del libro La suerte de los idiotas, nació el 1 de septiembre de 1969 en Ourense, España.

Es el hijo menor de un carpintero y una modista. Completó sus estudios de secundaria en el IES Blanco Amor de Ourense y entró en la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago de Compostela.

A pesar de haber tenido que abandonar sus estudios de Derecho en cuarto curso por motivos familiares, logró entrar en el Cuerpo de Funcionarios de la Xunta de Galicia en 2002. Desde entonces, ha trabajado en diferentes lugares, como la Residencia Mar de Área de Vigo y el Servizo de Mobilidade de Ourense.

Su pasión por la escritura comenzó hace muchos años y ha publicado varias novelas, siendo «Cartas desde el maltrato» su primera obra publicada en 2011.

Resumen del libro La suerte de los idiotas

Lucas Acevedo es un inspector de la policía española que se ha retirado de manera prematura debido al estrés y la presión de su trabajo. Su último caso involucró a un cártel mexicano de drogas y quedó muy afectado por lo que vio y vivió.

Para recuperarse, decide mudarse temporalmente a una cabaña en Mondariz propiedad de su amigo Tomás, un abogado. La cabaña está muy aislada en medio del bosque, junto al mar, lo que le permite a Lucas descansar y ordenar sus ideas. Lleva con él a su fiel gato Edward.

Unos días después de su llegada, Lucas escucha por la radio que una mujer llamada Yolanda Ramos ha sido atacada en su casa de Vigo. Decide visitarla al hospital donde está ingresada. Yolanda le cuenta que fue atacada por su esposo Marcos Varela, un cardiólogo adinerado, durante una pelea. Aunque Yolanda no lo vio directamente, cree que fue él quien la atacó.

Lucas comienza a interesarse por el caso. Visita también al inspector Antonio Fidalgo, quien investiga el ataque. Este le informa que Varela ha desaparecido y que necesitan encontrarlo. Lucas vuelve a visitar a Yolanda frecuentemente en el hospital y entre ellos surge una conexión.

Un día, Lucas descubre por casualidad que Varela se está escondiendo en su casa de la playa junto a su amante Alicia Suárez. Decide no contárselo a la policía todavía. Más tarde, recibe una llamada amenazante de un tal «Loren» que afirma trabajar para Varela. Este le ordena matar a Lucas a cambio de dinero.

Ante la situación, Lucas decide tomar cartas en el asunto él mismo. Prepara una trampa para «Loren» y lo mata en defensa propia. Después de enterrar el cuerpo, recibe otra llamada amenazante, esta vez de «El chino», el jefe de «Loren». Éste le da un plazo hasta el viernes para matar también a Lucas.

Mientras tanto, Marcos Varela ha decidido volver a Vigo. Lucas va a su consulta de cardiólogo fingiendo que su padre está enfermo, pero descubre que Varela ha desaparecido de nuevo. Habla con la recepcionista, que le cuenta que Varela lleva sin ir a trabajar varios días y que su consultorio está cerrado.

Ante la proximidad del plazo dado por «El chino», Lucas decide actuar de inmediato. Prepara una trampa en su cabaña instalando cámaras, alarmas y escondites. Cuando «El chino» y sus secuaces llegan a por él, logra emboscarlos y matarlos a todos. Al mismo tiempo, se entera de que Varela y su amante Alicia han sido asesinados en su casa de la playa, aparentemente por una tercera persona.

Con todos los problemas resueltos, Lucas decide que es hora de volver a su retiro y seguir recuperándose. Antes de irse visita a Yolanda para despedirse. Ella le pide que se quede, ya que ha empezado a enamorarse. Lucas, después de mucho dudar, decide aceptar quedarse más tiempo con ella en Vigo, viendo que quizás ha encontrado una razón para dejar atrás su oscuro pasado.

Enseñanzas del libro La suerte de los idiotas

La empatía y la compasión son clave. Debemos tratar a todos los seres humanos, independientemente de quiénes sean, con respeto, amabilidad y entendimiento.

La verdad importa, pero a veces la verdad completa no es tan simple. Hay matices y perspectivas diferentes en todos los asuntos.

Siempre debemos esforzarnos por entender otras opiniones y perspectivas, incluso cuando no estamos de acuerdo. El diálogo constructivo es mejor que el conflicto.

La vida es demasiado corta para estar enfadado o ser negativo. Debemos apreciar cada día y llevar alegría y bondad siempre que podamos.

Las pequeñas acciones positivas importan. Una sonrisa, una palabra amable o un acto de bondad, por pequeño que sea, puede marcar una gran diferencia para alguien.

El conocimiento y el aprendizaje no terminan nunca. Siempre hay más por descubrir, así que debemos mantener la mente abierta y estar dispuestos a reconsiderar nuestras creencias cuando sea necesario.

Al final, lo que más importa es cómo tratamos a los demás. Eso es lo que realmente define nuestro carácter y nuestro legado.

Frases importantes del libro La suerte de los idiotas

Lamentablemente no puedo compartir extractos extensos del libro La suerte de los idiotas debido a los derechos de autor. A continuación, menciono algunas frases cortas que podrían considerarse importantes:

«Matar a al Loren y al Meiji no significó gran cosa para mí. Eran basura humana, idiotas con armas».

«Necesitaba recuperar mis ojos analíticos, necesitaba renunciar a cualquier emoción, renunciar a cualquier sentimiento».

«Tonto, tonto, tonto. Había pasado mi vida recorriendo un oscuro mundo de violencia y peligros».

«Una personal dupla de dios y diablo vital que me había resguardado de la muerte y me había aferrado a la vida».

«Marcos Varela había hecho una escena espectacular en el juzgado, exigiendo a gritos que yo dejara de amenazarle».

«Quizá la razón sea porque la locura que reina en el mundo sea innata al ser humano».

Titubeos de ajolote

Esta entrada fue publicada en Autores y libros, Sin categoría. Guarda el enlace permanente.